UC Berkeley Press Release

Un minuto de estimulación magnética puede cambiar su cerebro durante una hora

(NC&T) El Profesor John Rothwell y colegas suyos del Instituto de Neurología del University College London (UCL) han descubierto formas de mejorar el método conocido como Estimulación Magnética Transcraneal (TMS) para producir efectos en el cerebro que duran más de una hora después de sólo 40 segundos de estimulación. Los efectos prolongados posibilitarán a los científicos usar la TMS para modificar la actividad del cerebro en afecciones que van desde la depresión hasta las lesiones cerebrales.

La TMS estimula el cerebro por medio de una bobina magnética mantenida fuera del cráneo que puede ser movida sobre diferentes partes del cerebro. Los campos magnéticos creados por la bobina inducen corrientes eléctricas diminutas dentro del cráneo que alteran la actividad de las vías neurales, estimulando o inhibiendo la actividad en partes del cerebro.

La técnica ha sido usada principalmente como una herramienta de investigación para estudiar cómo reacciona el cerebro sano a lesiones, pero se ha comenzado a explorar su posible uso para el tratamiento de depresiones, epilepsia, apoplejía y enfermedad de Parkinson. Algunos estudios ya han demostrado efectos beneficiosos potenciales en la terapia con la TMS. La TMS tiene la ventaja de no ser invasiva, y puede efectuarse ambulatoriamente, sin necesidad de hospitalización. Sin embargo, el inconveniente era que la TMS convencional producía efectos neurológicos transitorios que raramente duraban más de 30 minutos. Con el nuevo método, se pueden lograr efectos más potentes y prolongados. El equipo del profesor Rothwell adaptó la técnica aplicando patrones diferentes de pulsos magnéticos repetitivos a los cueros cabelludos de voluntarios, durante un período de 20 a 190 segundos. Los pulsos fueron apuntados a la corteza motora que controla la respuesta muscular, ya que los efectos en la corteza motora pueden ser medidos objetivamente registrando la cantidad de respuesta eléctrica del músculo a la estimulación.

Los investigadores situaron la bobina magnética sobre el área motora de la corteza que controla el movimiento de la mano y midieron la cantidad de respuesta en un pequeño músculo de ella. Descubrieron que el efecto excitativo de la TMS aumenta rápidamente, dentro de alrededor de un segundo, mientras el efecto inhibitorio se manifiesta después de varios segundos. Así, ajustando la duración del estímulo, podrían obtenerse efectos estimulantes o inhibitorios en el cerebro, sin efectos secundarios, como mostraron los exámenes iniciales.

Ahora que han mejorado la técnica, los investigadores creen que pueden usarla para explorar si la estimulación de áreas dañadas en el cerebro de pacientes con apoplejía puede ayudar a acelerar su recuperación. También puede ocurrir que en algunos pacientes el lado "sano" del cerebro interfiera con la recuperación del lado dañado, de modo que otro método sería reducir su actividad y detener la competencia por el control.

El equipo de Rothwell también investiga la posibilidad de aplicar el método a los pacientes con enfermedad de Parkinson o distonía.